La rodilla del corredor, también conocida como síndrome de la cintilla iliotibial o fascia lata, es una de las lesiones más comunes en los corredores y en quienes practican running.
El síntoma común es de la rodilla del corredor es un dolor punzante en la cara externa de la articulación, que aparece en el momento del impacto del talón en el suelo y en las fases agudas imposibilita la capacidad de correr.
Lo que produce la lesión suele ser el roce repetitivo de la cintilla iliotibial con el epicóndilo lateral del fémur (protuberancia ósea anátomica externa de la zona baja del fémur).
Las principales causas que van a favorecer el síndrome son:
- Aumento de la intensidad de los entrenamientos (causa principal).
- Cambio de superficie de entrenamiento (de hierba a asfalto o de llano a pendientes).
- Correr sobre una superficie muy dura (asfalto) o muy blanda (terreno embarrado).
- Correr en fuertes pendientes (montaña).
- Correr con calzado gastado en la parte externa del talón.
- Cintilla iliotibial acortada o demasiado tensa.
- Alteración en la biomecánica de los miembros inferiores (asimetrías, genu varo, genu valgo, rotación interna de la pierna).
- Poca flexibilidad y desequilibrios de los músculos de las extremidades inferiores.
- Debilidad de los músculos abductores de la cadera.
¿Cómo prevenir la rodilla del corredor?
Para soportar y potenciar los cuádriceps y grupos musculares de la pierna se puede utilizar una tabla de ejercicios que combinan el equilibrio, la fuerza y la coordinación. Los ejercicios requeridos trabajar el vasto interno, para corregir la alineación y la estabilidad a la rótula.
El tratamiento dependerá de los factores desencadenantes de la lesión (desalineación de la rodilla, meniscopatí).