Sufrir un esguince en el tobillo es una lesión común en atletas y personas aficionadas que realizan cualquier rutina de ejercicio. Estas torceduras pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero se producen con mayor frecuencia en el tobillo.
¿Qué es el esguince de tobillo?
Lo que comúnmente se conoce como “esguince de tobillo” es una lesión del ligamento lateral externo de esta articulación. Éste ligamento tiene 3 fascículos: uno anterior, uno medio y uno posterior. Todos ellos se originan en la punta del peroné.
Un esguince en el tobillo se produce cuando la articulación se tuerce. Es decir, el pie se queda dobla hacia la parte inferior, produciendo la lesión de los ligamentos de la coyuntura.
Cómo tratar un esguince
Cuando hay un esguince, es recomendable aplicar estas 4 medidas lo antes posible para aliviar las molestias y favorecer la recuperación:
Guardar reposo
El principal cuidado que debe tener una torcedura de este tipo es el reposo. Lo recomendable es no forzar la zona afectada. En casos específicos, puede ser necesario el uso de muletas, si el esguince es severo y se ha producido en una extremidad inferior.
Aplicar hielo
El frío en la zona (es la llamada crioterapia) con una bolsa de gel especial para este fin o incluso una de guisantes congelados, envuelta con un trapo. Nunca apliques hielo directamente sobre la piel.
Mantener en alto la zona afectada
Mantener el tobillo en alto ayuda a drenar la zona y, por lo tanto, también disminuye la inflamación.
Comprimir la zona
Si no hay inflamación, es recomendable mantener la articulación inmovilizada parcialmente con una muñequera o una tobillera, esto permite realizar movimientos con normalidad.
Tener en cuenta
Si no hay movilidad en el tobillo y el dolor es agudo, lo recomendable es acudir de inmediato al médico. Puede tratarse de una lesión de mayor gravedad.
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